Comunión en comunidad - Comunidad en comunión
Corpus Christi
“Comunión en comunidad – Comunidad en comunión”
“La copa
de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y
el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Ya que hay un
solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque
participamos de ese único pan.”. 1
Cor 10, 16-17
Hoy
festejamos el día de Corpus Christi. Día en que festejamos el Cuerpo y la
Sangre de Cristo de una manera especial. Sin embargo, no por esto debemos dejar
de tenerlo presente todos los días. Para nosotros, esta fiesta del Cuerpo y la
Sangre de Cristo debe ser la fiesta de la vida misma. Vida que transcurre en
comunión con este Cuerpo y esta Sangre, y en comunidad que vive esta comunión.
Parece un juego de palabras raro, así que lo voy a hacer más tangible. Nosotros
hoy estamos festejando Corpus. Si no fuese por Jesús, ninguno de nosotros
estaría haciéndolo y probablemente ni nos conoceríamos. Si no fuese por Él, no
existiría esta comunidad y esta comunión. ¿Qué significan estas palabras,
comunión y comunidad? La comunión, como lo dice la palabra, es aquella unión
común que tenemos con otros. San Pablo expresa claramente que esta unión común
también la tenemos con Jesús. Nos preguntamos entonces ¿pero cómo? Si a Jesús
no lo vemos, si Jesús está en “otro lado”, ¿cómo voy a tener una unión común
con Él? ¿No necesito tener una relación para eso, una cercanía? Yo contesto que
sí. Y aunque muchos podemos pensar que la oración es un lugar de encuentro con
Jesús, que el servicio es otro, que la práctica de los dones es otro, etcétera,
me juego por lo que expresa Pablo: «La copa
de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y
el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo?». Aquí tenemos el lugar de encuentro
máximo, el lugar de comunión por excelencia con Jesús… Su Cuerpo y su Sangre.
Este Dios que entrega a su único Hijo como el cordero, que nos dejó la
Eucaristía, para celebrarla en memoria suya. Nótese que Pablo habla en plural,
él habla de la copa de bendición que bendecimos y del pan que partimos. Por lo
tanto, ¿puede estarse en comunión con Dios pero no con los hermanos? La
respuesta clara es “No”. Jesús nos invita a vivir esta comunión en comunidad.
Recordemos el mayor de los mandamientos, que es amarnos como Cristo nos amó.
Ahora la pregunta es, ¿sirve esta comunión vivida en una comunidad que se
cierra en ella misma? Otra vez, la respuesta es un rotundo “No”. ¿No sería eso
una especie de secta? Claro que sí. Esta comunidad que vive en esta comunión no
puede quedarse cerrada sobre ella misma, sino que tiene que salir a anunciar la
Buena Noticia y permitir que se expanda y crezca. ¿Acaso yo soy más hijo de
Dios por participar de esta comunidad, que aquel que no lo hace? Por supuesto
que no. Jesús se entregó por vos, por mí y por cada uno, sin excluir a nadie.
¿Acaso el pecador, el que obra mal, el que se equivoca, no puede participar de
esta comunidad? Por supuesto que sí, porque antes tenemos que saber que
nosotros también nos equivocamos y elegimos el camino errado, y si actuamos
bien es porque Jesús nos guía, no sea cosa que vayamos a creernos más que otros
por haber actuado bien. ¿Para quién es esta comunión vivida en comunidad
entonces? Es para todos, nadie está exento de la invitación a participar del
Cuerpo y la Sangre de Cristo, sólo basta abrir el corazón a su Amor para ser
una persona nueva. ¿Quién puede quedar indiferente frente a tanto amor? En
resumen… El Cuerpo y la Sangre de Cristo debe estar presente en toda nuestra
vida y no sólo en un día particular, que claramente hay que festejar; debemos
buscar estar en comunión con Dios, a través de la oración, del servicio, de la
práctica de los dones, etcétera, pero sobre todo en la Eucaristía; esta
comunión se vive en comunidad y ¿quiénes pertenecen a ella? Todos. Todos
estamos invitados a formar parte de este Cuerpo. ¿Vos querés participar?
¡Feliz fiesta
de Corpus Christi!
¡Vivamos la
comunión en comunidad y una comunidad en comunión!
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